Tener a mano una secadora puede ser tan importante como el disponer de una lavadora (ya existen modelos combinados), pues no solo se trata de reducir los esfuerzos a la hora de realizar las tareas del hogar sino de protegerla ante las típicas impregnaciones con olor a humedad en épocas de lluvias. En las tiendas te encontrarás con dos formatos populares entre los que elegir: las secadoras de condensación y de evacuación.
En la actualidad la industria se basa en dos formatos, que más allá de sus características específicas en cuestión de programas y funciones disponibles, trabajan de distinta manera para aspirar el aire y calentarlo para que la ropa en el interior del electrodoméstico llegue a secarse. A continuación repasamos cómo funcionan estas lavadoras y cuáles son sus pros y contras cuándo se las compara:
Secadoras de condensación
Las secadoras de condensación poseen una tecnología más sofisticada
En primer lugar, las secadoras de condensación son consideradas generalmente como equipos un poco más avanzados en su composición, pues disponen en su interior de un sistema a base de resistencias eléctricas que trabajan en calentar el aire, mientras que al pasarlo por el bombo consigue que la humedad sea eliminada hacia un depósito de agua incorporado.
Básicamente el aire caliente y húmedo en su interior pasa por un intercambiador refrigerado con aire exterior que logra el efecto de condensación de humedad. Posteriormente vuelve al bombo para conseguir que la ropa se seque de una forma eficiente y con un consumo energético que es inferior a los modelos de evacuación.
De esta forma, las ventajas de tener una secadora condensación incluyen una instalación más sencilla y en cualquier rincón del hogar al no necesitar una salida exterior (solo debes recordar vaciar el depósito de agua regularmente), además de una mayor eficiencia energética que se verá reflejada en el gasto energético a largo plazo. Lo negativo es que su precio final probablemente te sea más elevado.
Secadoras de evacuación
Las secadoras de evacuación son los modelos más baratos
La alternativa denominada como secadora de evacuación se trata de las opción más clásicas y económica que seguramente has visto con más asiduidad en los hogares debido a ser de los primeros modelos que salieron a la venta. Su funcionamiento está centrado en la expulsión de aire a través de un tubo o conducto, por lo que una de sus principales contras corresponde a la necesidad de instalarla en un espacio con salida.
Estrictamente los modelos de evacuación captan el aire exterior y lo calientan usando resistencias eléctricas para generar un aire caliente y seco. Posteriormente este atraviesa el bombo en donde se encuentra tu ropa mojada para que su humedad se pase al aire y sea expulsado hacia el exterior por medio de un tubo que redirige el agua fuera del electrodoméstico.
En conclusión, su compra es recomendable en caso de que tu presupuesto sea más reducido o limitado, a la vez que su funcionamiento con una tecnología más simple te significa también un menor riesgo de averías a futuro. Sus puntos negativos no solo incluyen que no puedas colocarla en cualquier lugar de la casa, sino también un consumo energético superior y una mayor posibilidad de que te estropee tus prendas con el paso del tiempo.
Y tú, ¿ya has decidido por qué tipo de secadora te vas a decantar?
