Cuando vamos a elegir una plancha nueva, seguramente te fijes en su diseño, su potencia, su capacidad del depósito… Pero hay un tema que pasa más desapercibido en planchas y centros de planchado y que es tan importante como el resto de los factores. Quizá por desconocimiento, es necesario tener en cuenta los tipos de suela de la plancha para escoger la mejor para cada uno de nosotros.
Estos son los tipos de suela de la plancha más habituales
Aluminio:
Son las más baratas y ligeras. Además, son muy cómodas, ya que se enfrían y se calientan muy rápido, por lo que podrás quitarte antes la tarea de planchar al reducir estos tiempos de espera. Eso sí, si optas por este tipo de suela, comprueba que lleve un recubrimiento de seguridad (como teflón antiadherente, acero inoxidable o cerámica), ya que precisamente la principal desventaja es que se pegan más a la ropa que otros materiales y pueden producir manchas o quemaduras.
Cerámica:
Ha ganado fuerza en los últimos años y esto es gracias a que hace que el proceso de planchar sea mucho más cómodo y sencillo. Se desliza muy bien y distribuye mejor el calor. Además, es antiadherente y muy fácil de limpiar. ¿Desventaja? Que si te dicen que te están vendiendo una plancha 100% de cerámica, es mentira. Actualmente no existen ese tipo de suelas completas, si no que la cerámica se usa como recubrimiento.
Acero inoxidable:
Y llegamos finalmente al tipo de suela de plancha más utilizado. ¿Por qué? Por ser económico, duradero, con resistencia a los arañazos y un buen deslizamiento. Aunque es un buen conductor del calor, tienes que tener en cuenta que tarda bastante en calentarse y enfriarse. Otra desventaja es que es muy pesado, por lo que planchar se puede hacer un poco más cansado.
Vía | OCU